La España profunda viste de garrafón y bebe café “mojado”, con anís o coñá, que resbala por tráqueas desabotonadas, pero protegidas por santos y cristos atados de oro chapado y abrigos de nicotina de aluvión, acumulada en círculos, como los troncos de los árboles escuchimizados que malviven agarrados a las aceras, entre cagarrutas de perro y colillas espachurradas, y miran a tiendas en las que lo único importante sigue siendo el contenido, porque los escaparates, como las fachadas, son feos de nacimiento y les ha sentado mal el paso de los años, que intentan disimular con colorete de eventos culturales de tercera.
En la España profunda, las cafeterías se llaman edén o paraíso, porque está tan lejos de eso, que es difícil imaginar tales lugares, y cualquier cosa que huela a bebida caliente o que caliente se identifica con el Olimpo de los dioses, en el que viven futbolistas repeinados y concursantes de programas de televisión amañados que orean sus supuestos asuntos de tálamo como sus abuelas la ropa blanca sujeta a cuerdas por pinzas de resignación y mala leche.
Pero, en la España profunda, la gente se agacha a recoger un papel que se te ha caído, los policías municipales sonríen y, cuando preguntas una dirección, te acompañan -para que no te pierdas- a su ritmo, que no es que sea lento, es que es lógico aunque anormal para quienes venimos de la España no profunda, la superficial, la del postureo, las prisas y las ganas de vivir, porque lo que tenemos no es vida, es un sucedáneo de vorágine de importancia y relumbrón, de quedar con los amigos con dos semanas de anticipación o más, porque para no hay tiempo para ellos, mientras que los del otro lado, los de la abisal, ni siquiera quedan, simplemente se encuentran porque quien tiene interés en verse, se ve.
Por eso, la España profunda me duele más, como a aquel; me duele la desaparición paulatina e implacable de un modus vivendi en vías de extinción, me duele que se caigan los baldosines blancos, brillantes de sudor y lágrimas de peskateras que te dan la receta y te dicen que también la cocina lleva su propio ritmo, como el amor, como un loco en medio de la kale nagusia, con la mirada extraviada y su letanía: ten paciencia que saldrá noticia…
Benedikt
January 7, 2014
Me gusta muchísimo lo que estás escribiendo Aunque extranjero siento el mismo dolor en ver desapareciendo lo que era la España de mis años jóvenes. Donde se la encuentra ahora?
Un saludo
Benedikt
pachilanzas
January 7, 2014
Gracias! España va perdiendo poco a poco su identidad, con el objetivo de ser más “moderna”. No sé si es bueno o no, pero es un proceso irreversible. Viviste en España? Cuánto tiempo hace de eso?
Benedict
January 7, 2014
Hola,
Gracias por tu respuesta. Sigo viviendo en España y encantado.
Ahora mismo me encuentro viajando en coche para hacer fotografías de esta dicha España profunda. Por eso mi pregunta donde tú encontrabas estés pueblos.
Mejor ponerse en contacto con mi mail.
Gracias y hasta pronto.
Benedikt
Tú dónde vives?
pachilanzas
January 8, 2014
Te he intentado contestar por mail, pero me da un error. Esto es lo que decía:
Yo vivo en Madrid.
Ese post, en concreto, lo escribí en Pamplona, en un barrio que hay a las afueras que no recuerdo ahora mismo el nombre. De todas formas, en cualquier pueblo de España puedes hacer mil fotos. Me gustan mucho:
en el norte, Pravia o cualquier otro de la zona. Antes había un ferrocarril de vía estrecha (FEVE) que iba por todo Asturias. No sé si seguirá funcionando, pero si no, en esa zona lo mejor es elegir en cada cruce la carretera más estrecha de las que haya disponibles. Al final te encuentras en cualquier aldea. Una vez estuve en una casa rural en El Escobal, en la zona de Cabrales. Era como dar treinta años marcha atrás.
en Castilla me gusta mucho la zona de Valdepeñas. En Mota del Cuervo hay una tienda que se llama La Despensa Moteña en la que te puedes encontrar con todo tipo de manjares hechos en la zona. Muy cerca están Santa María y otros pueblos bonitos. La Roda antes lo era, pero ahora es demasiado grande, aunque puedes comprar buen queso.
En la costa del mediterráneo, casi todo es muy feo o está muy explotado. Pero si vas hacia el interior, hay cosas increíbles, desde la alpujarra [granadina o almeriense, da igual], hasta los pueblos blancos de Cádiz y toda la serranía de Ronda. También me gusta mucho Tarifa y toda la zona, punta paloma y zahara de los atunes cuando no hay turistas. En la zona de málaga también tienes Benahavis, que está en medio de todo el turismo de Marbella, pero me parece muy bonito.
Extremadura es increíble. Si ves amanecer en el campo, cuando está la niebla baja, es un paisaje que no he visto en ningún otro sitio.
y en mi tierra, en los alrededores de Madrid, puedes ir a cualquier pueblo de la sierra y comer cordero o lo que sea.
Bueno, no sé si te habré servido de ayuda. probablemente te conozcas tú mejor España que yo!
Benedikt
January 11, 2014
Muchas Gracias! Me has ayudado un montón.
He pasado por Tarifa hoy, pero lo encontré deprimente y mañana vuelvo a Extremadura que también me parece una verdadera tierra de España. Siento no poder ir me al Norte esta vez, después de la Extremadura me queda Castilla y la Mancha, luego Aragón (Teruel!) a la vuelta a Barcelona.
Ya tengo algo sobre mi tema y cada día voy añadiendo. Echale un vistazo si quieres:
http://www.flickr.com/photos/113531025@N05/
Hasta pronto
Benedikt