UNA PLAZA DE BARCELONA

Posted on October 5, 2017

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En Barcelona, entre la madeja de callejuelas de aire medieval del barrio gótico, en una plaza de cartón y asfalto y muros, medio esbozada, cuatro líneas mal tiradas, una tapia de colegio y dos columpios, los niños juegan a extraños juegos, como cantaban los zombies.

Ellos ven el mundo como realmente es. Su jungla es otra y en ella la ley es ser feliz

Ajenos a las preocupaciones de sus padres, corretean, se persiguen, uno se desprende de la mochila para no ser atrapado. Tres cuelgan de unas barras pensadas para otros menesteres por adultos incapaces de comprender que se trata, en realidad, de asideros al borde de un precipicio, the floor is lava. Ellos, los niños digo, ven el mundo como realmente es. Todavía fuera de matrix, su jungla es otra y en ella la ley es ser feliz.

¡Quién pudiera colgar de una liana, saltar sobre un volcán, volar como un águila sobre un columpio mágico

Yo arrastro los pies sobre la acera gastadora, fenicia, en la que la droga se pasa en formato yoga o bikram yoga. Cada uno huye como puede o sabe o le dejan.

¡Quién pudiera volver a ser un niño! Quién pudiera dar la espalda a la búsqueda constante del diez por ciento. Quién pudiera tirar la mochila del resentimiento, del interés personal disfrazado de general. Quién pudiera colgar de una liana, saltar sobre un volcán, volar como un águila sobre un columpio mágico.

La manifa es una fiesta de cumpleaños para ellos

En las cocinas, las cacerolas se preparan pero esta vez para hacer ruido. ¿Qué saben los niños de eso! La manifa es una fiesta de cumpleaños para ellos. Dame amarillo y rojo y ponme una estrella en el pecho para poder salir a cantar quisiera ser tan alto como la luna ay ay.

La plaza bulle y ríe y grita y salta y corre y baila. Suena la mejor música, que es su carcajada, su tú la llevas. Me quedo solo un instante, un ralentí de mis pasos, que no se note, que nada se lleve el volcán, el precipicio, la escena de polis y cacos soñada por Tarantino.

Atrás queda la plaza y todavía mucho rato después los sigo escuchando en mi cabeza. Bendita plaza.

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